Algunos meses después, mientras seguía tratando de olvidar
la vergüenza fue el cumpleaños de mi buen amigo Hugo (si, el mismo del post
anterior) y en ese festejo de cumpleaños fue que encontré a mi siguiente crush.
Luis era de nuestra misma edad (normalmente los amigos de
Hugo eran mayores) y me pareció lindo cuando lo vi, claro que para mi el hecho
de que estudiara en otra escuela equivalía a que viviera en otro país, ese día
me enfoque en pasarla bien, hablar con el, y soportar a otro amigo de Hugo que
se me hizo muy molesto… Y entonces un par de semanas después…
Daniel es el nombre de ese amigo molesto de Hugo, francamente en ese momento la noticia no me agrado ni un poquito, y me dio mucha gracia leer ésta parte donde hacia drama al respecto porque… ese wey sería mi primer novio en un futuro lejano jaja.
¿Qué puedo decir? Era joven, seguro que ustedes lo entenderán. Volviendo a lo nuestro, aunque fue emocionante saber que el me había llamado, en caso de que llamara de nuevo yo no estuve en mi casa, mantener la calma fue fácil ya que no lo veía diario como a los de mi escuela.
Pero un día en la escuela, me llamaron para decirme que me
iban a mandar a un curso a la presidencia municipal, para prepararme para un
foro sobre los derechos de los niños (que ñoña ¿no?), aunque claro no iba a ir
sola, creo que mandaron a 2 o 3 alumnos por cada grado, y también iban a
asistir al curso alumnos de la otra secundaría… ¿Adivinen quien llego?
El curso duro varias semanas y aunque yo era muy tímida y callada, fue genial porque todos eran muy amables conmigo, sentí que encajaba por fin con gente de mi edad, y siempre recordare ese curso como uno de los (pocos) mejores momentos de la secundaría, y no sólo porque también estuviera Luis ahí, incluso sin el hubiera sido genial.
Ese día antes de ir a la tienda yo dije “Dile de una vez” supongo que era mi famosa falta de sentido común actuando… Pero con mi sabiduría del futuro les informo que ese día Navida* se le declaro a Luis. Al terminar el curso nos regalaron rosas, menos a el porque el sólo iba a acompañar a su hermana y no era realmente parte del grupo.
*No recuerdo si realmente se llamaba Navida, pero así lo escribía.
Esa noche bailamos a pesar de que no sabíamos bailar y fue entre romántico y awkward, unas horas después llegó Navida y llamó a Luis, se la pasaron sentados hablando el resto de la noche, no le tome mucha importancia porque ninguno se veía muy alegre al respecto, y como había otros chicos del curso me seguí divirtiendo hasta que fueron por mi.
Yo recordaba haberme enterado en otro momento y les cuento
que la historia no acaba aquí, así que manténganse al pendiente de la tercera y
ultima parte de los shenanigans amorosos de mi juventud.